lunes, 28 de febrero de 2011

"La lectura" de Picasso se adjudicó por 26,4 millones


Lo que nadie quiso en 1996 por 4,4 millones vale hoy 26,4 millones de euros. Se trata de ‘La lectura’, un cuadro excepcional de Pablo Picasso que Sotheby’s de Londres consiguió vender por un precio que prácticamente duplica el mínimo estimado, y que multiplica por 6 el precio al que se intentó colocar hace 15 años. Siete coleccionistas de diferentes países se lo disputaron durante seis minutos de pujas que concluyeron con una cerrada ovación cuando uno de ellos se hizo con la pieza. 
"La lectura" representa a Marie-Thérèse Walter cuando tenía 22 años. Fue la primera vez que Picasso pintó a su amante de manera reconocible, con lo que se inició el camino sin retorno que lo llevaría a abandonar a su esposa de entonces, Olga Khoklova, y a formalizar su relación con la joven francesa. Los expertos de Sotheby’s habían calculado que su precio oscilaría entre los 14 y los 21 millones de euros, pero el mercado parece ansioso de grandes obras como ésta, lo que se tradujo en una comisión para la subastadora de 3,2 millones de euros. 

Reflexion:
Las obras de arte son como un cheque al portador que debes cambiarlo en el momento oportuno. Los maestros antiguos o un picasso, hoy en día, es sin duda un valor seguro, independientemente del estado del mercado, mientras que una obra contemporánea es una acción que puede bajar o subir.
¿Actualmente invertir 2 milliones en una obra de Damien Hirst es como invertir 2 milliones en acciones en Telefonica?

Thierry Guetta o Mr. Brainwash, ¿Arte o lavado de cerebro?



En 2010, se estreno en el Festival de Sundance el documental: Exit Through the Gift Shop  (2010) en cuyos créditos tan sólo aparecía la reseña: Un film de Bansky (Hoy en día el artista urbano más famoso del mundo). Sin embargo esta película, que es en realidad un Mockdocumentary o falso documental, no gira en torno a su vida u obra, sino sobre la persona de Thierry Guetta. Un francés residente en EEUU que estaba obsesionado con grabar a través de una cámara todo el street art (arte callejero) a su disposición que, gracias a su sobrino (artista graffitero francés conocido como Space Invader, pudo introducirse en los círculos de arte urbano más selectos de medio mundo incluso hasta el propio Bansky, del cual no se conoce su verdadera identidad ni existe imagen alguna de su rostro, para pasar a ser el único que pueda filmarlo en acción. 
Bansky le concede la posibilidad de acceder a su estudio, observar el trabajo y analizar su forma de pensar, e incluso lo animó para que empezara a crear. Dicho y hecho, Guetta ha aprendido de primera mano la técnica y el conjunto productivo de sus maestros, de esta manera el siguiente paso una vez procesada la información requerida consiste en transformarse en Mr. Brainwash (Señor lavado de cerebro) y lanzar sus propias creaciones. Volvió a Los Ángeles e invirtió sus ahorros para disponer de un taller, contrató a ayudantes y decidió entrar con fuerza y premura instantánea en el mercado del arte. Sin que ello en ningún sentido le suponga o exija un cierto grado de innovación y originalidad, ya que en gran medida ejecuta un plagio descarado de los artistas a los que había filmado.
En definitiva, no puede ser considerado un verdadero artista, está a las antípodas de la creación, o eso,  al menos piensan artistas urbanos de primer nivel como el propio Bansky o Shephard Fairey. Todo su trabajo resulta para muchos una broma de mal gusto, un refrito de arte contemporáneo mezclado con la predilección por los famosos y una desmedida recreación de estéticas usurpadas.
No obstante su estrategia de marketing ha resultado de lo más satisfactoria. Su primera exposición celebrada en Los Ángeles bajo el título de: "La vida es bella" en Junio de 2008, y promocionada a base de carteles con su imagen delante de un micrófono por toda la ciudad, resultó ser un éxito abrumador. Miles de personas esperaban ansiosas no perderse el acontecimiento y pese a que el artista asegurara que lo suyo es sólo: "Fotocopia, exploración y photoshop" (lo que le ha supuesto alguna que otra demanda referente a los derechos de autor), la locura colectiva por el nuevo "revulsivo artístico" compró obras por un valor de 1 millón de $ a álguien que por entonces no había demostrado o creado nada en absoluto. En muchos casos copias del formato Andy Warhol ahora en el rostro de Michael Jackson o Madonna junto a tarros XXL de sopas Campbell que cualquier hábil y barato imitador puede hacer. Aunque de poco servía afirmar (incluso por el propio autor) la simpleza y repetición de su arte, la intoxicación de falsa vanguardia sumada al galopante esnobismo presente eran imposibles de erradicar. Incluso Madonna le encargó la portada de su disco de Grandes Éxitos: Celebration (2008).
 De aquí en adelante su victoria estaba más que cantada, un "artista consagrado" y elevado a las alturas con el público rendido a sus pies han pregonado crítica y medios. De hecho, su siguiente exposición celebrada en Nueva York en Febrero de 2010 y titulada:   Icons, fue un éxito aún mayor. Y a decir verdad, es posible que algunas de sus obras tengan el encanto, impacto o suficiente ingenio como para ser dignas de admiración, es imposible negarlo, cosa bien distinta es que sea una evidente muestra de la degradación, errónea concepción y desmedida apreciación del valor en un mundo en cierta medida, a estas alturas, un tanto desenfocado.
No obstante la polémica en torno a su vida y el contenido del documental, anteriormente citado, está más que servida. La prensa estadounidense afirma que no es más que una maniobra y burla del propio Bansky para ridiculizar el actual sentido del arte transformado en un absurdo negocio. Además, de barajar que la identidad de Guetta es falsa siendo en realidad Bansky (puesto que no se conoce su identidad puede tratarse de cualquiera) para demostrar quizás que todo es vendible, y que cualquiera, aún con escasas aptitudes, puede llenarse los bolsillos.

domingo, 27 de febrero de 2011

¿Sueño americano o estafa en el mundo del arte?




El documental Marla, un prodigio del arte plantea cuestiones profundas sobre el significado del arte desde el punto de vista de un estudio sobre la ética del marketing y del periodismo.

Marla Olmstead es una niña “pintora” de sólo siete años cuyos cuadros llegaron a ser cotizados en milles de dólares. Empezó a pintar en el 2002, cuando tenía sólo dos años, ya que su padre, pintor aficionado, le dejó pinceles y grandes lienzos tendidos en el suelo. Ella realizó una serie de enormes cuadros de colores vivos que remiten a la obra de autores célebres del expresionismo abstracto, como Jackson Pollock, o de artistas de la generación anterior como Kandinsky y Klee. 
Debido al talento nato de la niña, un galerista local, Anthony Bruneli, se interesó por sus cuadros y los expuso en mayo del 2004. La muestra recibió cobertura extensa en los medios de comunicación. 
Aparecieron fans de toda índole. Cristianos evangélicos creían -con la ayuda del experto Bruneli- que una mancha amarilla reflejaba la presencia de Dios en el cuadro; otros más versados en historia del arte tenían a Marla por un nuevo Pollock. 

"El chiste de que un niño podría haber hecho un Pollock no capta la verdadera importancia de Pollock, que era la subversión de la pintura moderna", escribió Michael Kimmelman, crítico de arte, a finales del 2004. Quiso decir, que las intenciones del pintor son más importantes que el cuadro en sí. 

El afán de su padre y de Bruneli por promocionar la obra de la niña, poniendo títulos pretenciosos como “El sueño de Pollock”, organizando una exposición en Manhattan y vendiendo las pinturas a precios cada vez más disparados mediante una sofisticada página web, pronto suscitaría escepticismo y sospechas. Un experto en desarrollo infantil indicó en televisión que la niña, en realidad, no podía ser la autora intelectual de las obras sino que su padre la había dirigido. "Cuando vemos a Marla pintar sola, hace lo mismo que los niños de su edad", dijo. 
En el documental se hace referencia a estas sospechas que parecen fundamentadas cuando Marla, ante la cámara, mezcla colores sin método ni arte. 
Los padres, por su parte, emitieron un comunicado sobre el documental en el cual dicen que se sienten decepcionados ya que "las cuestiones sobre la autenticidad de los cuadros se han resuelto". En todo caso, pese a las dudas sobre la verdadera autoría de los cuadros, los compradores siguen apareciendo, al menos si se cree a los padres y a los galeristas. Según afirmó la madre de Marla: "No tenemos exposiciones previstas, pero las ventas siguen sin verse afectadas". Sherie Santiago, que trabaja para la galería virtual Stu-Art Gallery en Binghampton, dijo en conversación telefónica: "Recibo una llamada de interesados cada dos o tres días".